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De delante de tu rostro salga mi juicio;

Vean tus ojos la rectitud.

Tú has probado mi corazón, hasme visitado de noche;

Me has apurado, y nada inicuo hallaste:

Heme propuesto que mi boca no ha de propasarse.

Para las obras humanas, por la palabra de tus labios

Yo me he guardado de las vías del destructor.

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